«Tu idea de la fidelidad es no coincidir con dos hombres en la misma cama».
Darling
Título original: Darling (año 1965)
Dirección: John Schlesinger
John Schlesinger |
Guión: Frederic Raphael
Fotografía: Ken Higgins (B&W)
Música: John Dankworth
Duración: 122’
País: Reino Unido
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer
El director John Schlesinger con
una de sus primeras películas, Billy Liar (1963), descubrió en aquella década a
una de sus musas, y del espectador, la actriz Julie Christie, con quien haría
algún que otro film más entre ellos, como: Darling (1965), que le reportó la
primera nominación como Mejor Director, así como el Oscar para la actriz, y
otros dos para el vestuario y el guión original (Frederick Raphael). Su máximo
esplendor como director lo alcanzó en la década de los sesenta y setenta,
descendiendo notablemente su popularidad en los años ochenta debido a algún que
otro fracaso de taquilla.
En la película, Schlesinger convierte magistralmente los créditos iniciales en un editorial: mientras los nombres pasan superpuestos, vemos cómo un empleado subido a una escalera va cambiando por partes el cartel de un gran espacio publicitario. La imagen de unos niños africanos deformados por la desnutrición y un rótulo pidiendo ayuda para el Tercer Mundo van siendo sustituidos por el gigantesco rostro de Julie Christie, muy ligero, blanco y sonriente, anunciando la publicación, en una revista femenina, de las memorias de la modelo y pseudoactriz Diana Scott, un símbolo social.
En la película, Schlesinger convierte magistralmente los créditos iniciales en un editorial: mientras los nombres pasan superpuestos, vemos cómo un empleado subido a una escalera va cambiando por partes el cartel de un gran espacio publicitario. La imagen de unos niños africanos deformados por la desnutrición y un rótulo pidiendo ayuda para el Tercer Mundo van siendo sustituidos por el gigantesco rostro de Julie Christie, muy ligero, blanco y sonriente, anunciando la publicación, en una revista femenina, de las memorias de la modelo y pseudoactriz Diana Scott, un símbolo social.
En un
par de minutos ha quedado indicado radicalmente el sentido de la obra: que las
modelos fotográficas pasen a convertirse en modelos sociales para la mujer
obedece a criticables intereses de mercadotecnia, y a no menos criticables
ambiciones de escalada social.
El film suma drama, romance y crítica social. Elabora una parábola sobre el mito de la felicidad. Con el estilo realista y crítico del “Free Cinema”, presenta un retrato de la sociedad de los famosos en el Londres de los 60. Darling explora el terreno del simbolismo como arma visual para ayudar a «interpretar» el pensamiento de Diana en determinadas situaciones. De esta forma, el hastío que provoca en Diana esa vida compartida junto a Robert Gold (Dirk Bogarde), el presentador de un programa elitista de la BBC, tiene correspondencia a nivel simbólico cuando observa a dos peces «encerrados» en una pecera. La narración, hecha en flashback y a cargo de la protagonista, se desarrolla de modo distante, objetivo y frío, propio del cine que se impone en aquellas fechas. Explora las transformaciones que en los primeros 60 afectan a la moral, y a los usos y costumbres sociales. Frente a la moral tradicional, plagada de prohibiciones y tabús, las nuevas concepciones asumen como normales, razonables y lícitos temas demonizados hasta entonces, como el aborto, el divorcio, el abandono del hogar por la mujer, la infidelidad conyugal, la homosexualidad y la promiscuidad.
El film suma drama, romance y crítica social. Elabora una parábola sobre el mito de la felicidad. Con el estilo realista y crítico del “Free Cinema”, presenta un retrato de la sociedad de los famosos en el Londres de los 60. Darling explora el terreno del simbolismo como arma visual para ayudar a «interpretar» el pensamiento de Diana en determinadas situaciones. De esta forma, el hastío que provoca en Diana esa vida compartida junto a Robert Gold (Dirk Bogarde), el presentador de un programa elitista de la BBC, tiene correspondencia a nivel simbólico cuando observa a dos peces «encerrados» en una pecera. La narración, hecha en flashback y a cargo de la protagonista, se desarrolla de modo distante, objetivo y frío, propio del cine que se impone en aquellas fechas. Explora las transformaciones que en los primeros 60 afectan a la moral, y a los usos y costumbres sociales. Frente a la moral tradicional, plagada de prohibiciones y tabús, las nuevas concepciones asumen como normales, razonables y lícitos temas demonizados hasta entonces, como el aborto, el divorcio, el abandono del hogar por la mujer, la infidelidad conyugal, la homosexualidad y la promiscuidad.
Julie
Christie es un ícono cinematográfico con un ángel extraordinario, aura
carismática que ha mantenido hasta su madurez. Nacida en la exótica India,
trabajó por segunda vez para Schlesinger, interpretando a la frívola Diana Scott,
una aburrida y superficial modelo que en Darling se desliza en el despertar del
Swinging londinense, es decir, en el cambio de pareja. Es guapa, inteligente,
fotogénica, encantadora y ambiciosa. Le gusta la aventura y busca la felicidad
plena. Esto le permite ganar el primer y único Oscar en su carrera, a pesar de
haber sido nominada 3 veces más. Su química con el actor Dirk Bogarde es
perfecta, a diferencia del italiano José Luis de Villalonga o el lituano
Laurence Harvey. Bogarde sabe explotar y mantener esa aura misteriosa y
distinguida que le llevaría a ser elegido para Muerte en Venecia (1971) de
Luchino Visconti. La ambivalencia de este actor, que ocultó su homosexualidad y
una larga relación con su manager, Anthony Forwood, fue bien explotada en la
pantalla, en una época en que se necesitaba demasiado coraje para que una
estrella admitiera sus preferencias sexuales.
SOBRE LA PELÍCULA
John
Schlesinger retrata la vida entre frívola, aburrida y descarada de una parte de
la burguesía que ansía salir del estrecho, sombrío y acomodado ambiente inglés
de los años cincuenta. A través de una voz en off, la de la propia protagonista
Diana (Julie Christie) retrata el inicio de su vida -una niña que quiere llegar
muy lejos, pues actúa desde pequeña-,y así, luego atendiendo una entrevista a
los mass-media, se desliza por nuestra mirada la vida, principalmente en su
etapa adulta, de esta joven ambiciosa, caprichosa e inestable, desde que conoce
a un intelectual presentador de televisión, Robert Gold (Dirk Bogarde), hasta
que acaba casándose (segunda boda para ella) con un aristócrata italiano de
rancio abolengo.
Dirk Bogarde |
Bogarde se convirtió rápidamente
en un ídolo de matiné y se convirtió en el británico más popular de Hollywood
durante los años cincuenta. La principal característica de las actuaciones de
Bogarde era su natural desenvoltura frente a las cámaras, no costándole asumir
complicados perfiles de sus personajes, de hecho fue uno de los primeros
actores en interpretar a un bisexual en la pantalla inglesa.
Tras 1960, Bogarde adoptó trabajos más difíciles, como su personaje en Victim (1961), en el que se considera el primer film británico en tratar abiertamente la homosexualidad y primera película en decir la palabra "homosexualidad".
En un elegante matiz en blanco y negro que sincroniza la estética visual, el realizador británico traza el alma aburrida de una joven atractiva y risueña, hambrienta de experiencias, a poder ser transgresoras. Para el tiempo de su producción y estreno, Darling debió suponer cierto escándalo dado que insinuaba la libre decisión de una mujer rompiendo tabúes, como el de la fidelidad matrimonial, la ingravidez emocional y gélida de los niños bien del nuevo movimiento londinense de moda: el Swinging, tierra del hedonismo. Espacio para el hedonismo, la desinhibición sexual o la impostura cultural dominan las vidas de la comunidad adscrita a la jet set, una burguesía británica de la que acaba formando parte Diana. Pero también aparece la exposición de la homosexualidad sin complejos, o las trivialidades de la aristocracia en un permanente estado vacacional. Etapas todas por las que Diana vivencia, aburriéndose finalmente en cada parada. Sin embargo Schlesinger escogió probablemente el performance de Christie por su aterciopelado carácter lo que le da al personaje, a pesar de ciertos momentos de arritmia en el argumento y algún que otro momento inexpresivo de la actriz (puede que fueron sus primeros pasos en el cine), una dicha risueña que no le evita caer en alguna oscura depresión.
LOS 60's
Estamos ante el espejo de un memorable Londres de los sesenta, época dorada del pop y el rock, de los Beatles, Rolling Stone, capital mundial de la cultura y la moda, resurgimiento de la sicodelia. Y frente a estas culturas postmodernas, Darling se mueve entre la necesidad de amor y la del placer y la aventura. Se escurren entre la hipocresía reinante de su entorno adinerado. La película presente un lúcido análisis de una época obsesionada por el aspecto físico cuyo paradigma es la modelo Diana Scoot (Julie Christie). Con una fría elegancia, Diana pasa por la cama de todo aquel que puede ayudarle a alcanzar sus sueños y utiliza a los hombres a su antojo. Su joven esposo desaparece de la escena cuando la hermosa muchacha conoce al periodista televisivo Robert Gold (Dirk Bogarde). Diana, bautizada por las revistas como “la mujer perfecta”, no tarda en sucumbir a los encantos de las relaciones públicas de Miles Brand (Laurence Harvey), quien lleva su rostro a todas las primeras páginas y le abre las puertas del mundo de la moda. Otros hombres pasaran por la vida de Diana, al final alcanzara la cima pero llega un momento en que tiene que echar la vista atrás.
Estamos ante el espejo de un memorable Londres de los sesenta, época dorada del pop y el rock, de los Beatles, Rolling Stone, capital mundial de la cultura y la moda, resurgimiento de la sicodelia. Y frente a estas culturas postmodernas, Darling se mueve entre la necesidad de amor y la del placer y la aventura. Se escurren entre la hipocresía reinante de su entorno adinerado. La película presente un lúcido análisis de una época obsesionada por el aspecto físico cuyo paradigma es la modelo Diana Scoot (Julie Christie). Con una fría elegancia, Diana pasa por la cama de todo aquel que puede ayudarle a alcanzar sus sueños y utiliza a los hombres a su antojo. Su joven esposo desaparece de la escena cuando la hermosa muchacha conoce al periodista televisivo Robert Gold (Dirk Bogarde). Diana, bautizada por las revistas como “la mujer perfecta”, no tarda en sucumbir a los encantos de las relaciones públicas de Miles Brand (Laurence Harvey), quien lleva su rostro a todas las primeras páginas y le abre las puertas del mundo de la moda. Otros hombres pasaran por la vida de Diana, al final alcanzara la cima pero llega un momento en que tiene que echar la vista atrás.
Laurence Harvey |
Laurence Harvey, un verdadero british movie star a pesar de su origen lituano, fue un actor muy premiado hasta su muerte acaecida en 1973. Su papel en Darling está exquisitamente punteado de sombras y cinismo, retrato perfecto de un hombre liberal sin prejuicios que huye de cualquier responsabilidad y se alimenta de fiestas de larga noche. Perfecto personaje para un actor que daba siempre una réplica distante, fría, dotado de cierta frigidez, muy british. Por otro lado, Rolland Curram interpretó a Malcolm, el compañero gay de viaje de Diana Scott (Julie Christie).
Así, Julie Christie fue galardonada con un Oscar y se erigió en icono de toda una generación. Oscar también para el mejor guion original de Frederic Raphael. Por su parte, Schlesinger logró expresar acertadamente su pesimismo con respecto a la cultura imperante.
Laurence Harvey, un verdadero british movie star a pesar de su origen lituano, fue un actor muy premiado hasta su muerte acaecida en 1973. Su papel en Darling está exquisitamente punteado de sombras y cinismo, retrato perfecto de un hombre liberal sin prejuicios que huye de cualquier responsabilidad y se alimenta de fiestas de larga noche. Perfecto personaje para un actor que daba siempre una réplica distante, fría, dotado de cierta frigidez, muy british. Por otro lado, Rolland Curram interpretó a Malcolm, el compañero gay de viaje de Diana Scott (Julie Christie).
Así, Julie Christie fue galardonada con un Oscar y se erigió en icono de toda una generación. Oscar también para el mejor guion original de Frederic Raphael. Por su parte, Schlesinger logró expresar acertadamente su pesimismo con respecto a la cultura imperante.